
En mi práctica profesional me encuentro con muchas personas que acuden a terapia cuando ya no saben qué más hacer y lo que quieren es deshacerse de ciertas emociones o asuntos. Muchas de estas personas se sienten confundidas cuando lo que les propongo es la paradoja de que para poderse liberar de la rabia, el odio, la tristeza… en realidad deben de permitirse conectar con ella, vivirla, expresarla y así atravesarla y dejarla atrás.. hasta la próxima vez… donde ya sabrán cómo lidiar con ella, porque ya le habrán perdido el miedo y habrán aprendido a sostener, a respirar, a agradecer, a dejarle espacio para ser y recoger el mensaje que cada emoción les trae.
No existen atajos para liberarnos de las emociones, ni considero que estas sean algo de lo que nos tengamos que liberar, más bien al contrario, apropiarnos, hacernos responsables, guardianes y cuidadoras de ellas…
Sentir es uno de los aspectos que nos convierte en humanos, es lo que nos hace amar y que duela cuando perdemos algo, pelear por lo que queremos y reclamar nuestro espacio.. y esto nos hizo y nos hace sobrevivir como seres sociales que somos..
Así que bienvenidas las emociones, que nos convierten en humanos, que nos permiten ser lo que somos.
Cuando digo sentir las emociones, me refiero también al proceso implicito que viene con el atravesarlas y es el dejar espacio para un nuevo sentimiento. Sentir no significa regodearse en el estar anclados a una emoción. De hecho curiosamente me he encontrado con casos de personas ancladas a emociones pasadas muy antiguas, que aún les dolían o enfadaban, por el simple hecho de que jamás se habían permitido sentirlas completamente, sin juicio y expresarlas, pudiéndolas así liberar y empezar de nuevo.
Lo importante con las emociones es poderlas reconocer, sentir y expresar de una forma que sea beneficiosa para nosotros y los demás. Este último punto es crucial, puesto que no se trata de dar rienda suelta a todo lo que sentimos y acabar haciendonos o haciendo daño, más bien el espacio terapéutico pretende ser un tiempo en el que poder practicar formas de expresión más sanas y beneficiosas para todos.
Sentir y conectar no solo con las emociones sino también con nuestras sensaciones nos ayuda a reconocer las señales del cuerpo y nuestras motivaciones o necesidades.
Sentir es pues tan importante como que resulta ser la llave que nos lleva a despertar nuestra consciencia corporal e intuitiva, a conocernos, a sabernos y poder gestionarnos de forma cada vez más sabia en la vida…